Fuente: Noticias de la Ciencia
Todo el mundo sabe que el ozono está presente en el ambiente. Se trata de una molécula compuesta por tres átomos de oxígeno que surge al descomponerse los dos átomos que componen al oxígeno. Cada átomo de oxígeno se une a otra molécula de oxígeno gaseoso (O2), dando lugar a la aparición de moléculas de ozono (O3).
Lo que poca gente sabe es que el ozono es un potente desinfectante que no requiere de productos químicos para eliminar virus, bacterias y malos olores del ambiente. Pero, a pesar de encontrarse en el ambiente, por sí solo no es capaz de realizar ese cometido. Necesita de una tecnología específica que mediante descargas obtenidas al aplicar una corriente alterna de alta tensión, entre dos electrodos y un dieléctrico en el centro, produzca el gas ozono.
Dicha tecnología reside en aparatos como los generadores de ozono. También llamados ozonizadores, estos equipos transforman el oxígeno en ozono para limpiar y desinfectar el ambiente. Sus ámbitos son múltiples y para cada uno de ellos existe el generador de ozono que más se ajusta a las necesidades que se presenten. Así, existen ozonizadores profesionales, industriales, portátiles, domésticos y para el agua.
Sus usos no están limitados a exclusivamente un espacio concreto. Muestra de ello son, por ejemplo, los generadores de ozono destinados al tratamiento del agua. El tratamiento y desinfección del agua pueden ser utilizados para la potabilización, piscinas, balnearios y spas, aguas residuales, y un extenso etcétera que se extiende incluso a la alimentación.
Dentro de este último espacio, el agua ozonizada se utiliza tanto para limpiar los utensilios de cocina como para los propios alimentos, ya que al poseer un alto poder desinfectante y no contener productos químicos en la composición, resulta el aliado perfecto para terminar con los virus y bacterias que puedan estar presentes.
Un poco más alejado, pero aún dentro de este ámbito, el agua tratada con ozono también tiene cabida en el sector agrícola. Puesto que no deposita residuos químicos en la tierra y el ozono se descompone en oxígeno cuando ha cumplido su función desinfectante, resulta respetuoso con los cultivos y con el medio ambiente.